viernes, 12 de diciembre de 2008

BAC 08 - Festival de Arte Contemporáneo de Barcelona: ¿Rebelión del arte o imagen de postal?

La visita a ferias y festivales de arte contemporáneo, especialmente salones para jóvenes artistas, ha terminado produciéndome cierto recelo.

Como previendo que con los códigos de las viejas “bellas artes” no llegarán a nada, los noveles artistas suelen apelar mucho a la “instalación”, al “multimedia”, al “videoarte”, al cruce de tendencias y a la reutilización de elementos.

La inclinación no es mala de por sí. De hecho, por profesión y afición tiendo a apreciar las potencialidades de la tecnología y los nuevos medios. El detalle es que, en muchos casos, siento se hace más como fuego de artificio, para evitar cualquier relación -y comparación desfavorable- con el “viejo arte”, que por una búsqueda de expresión.

El Festival de Arte Contemporáneo de Barcelona (BAC 08), que hasta el 28 de diciembre ocupa el primer piso del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), ha querido “vincular diferentes lenguajes de expresión artística, acercándose tanto a artistas emergentes como a los consagrados”.

No hay tanto despliegue multimedia como he visto en otras muestras, pero sí bastante fotografía –obviamente intervenida por el photoshop- y una apropiación de los mecanismos del lenguaje publicitario, para denunciar el tema que sirve de hilo conductor: el consumismo.

Con el lema “Reveille-Toi” (rebélate), esta novena edición pretende ser una crítica al fenómeno del consumo y, según resalta el panel de la entrada, una llamada “a la acción, más allá de la contemplación, de la mano de sus viejos aliados, el arte y el pensamiento”.

Más de 100 artistas nacionales e internacionales fueron reunidos para reflexionar “en torno al tema del consumo, en las tendencias, la moda, el arte y la publicidad”. Y sí, al iniciar mi recorrido, fui topándome con las principales ideas –cabría mejor decir tópicos- respecto al consumo:

Varias versiones de la idea de identidad escindida…





...o del sujeto castigado por las exigencias sociales…





... variaciones del individuo replicado o producido en masa…





... versiones de la personalidad ilusoria construida por la publicidad y las marcas…



Y poco más. Y es que más allá de las técnicas, de las mejores o peores ideas, y de las más o menos hábiles maneras de llevarlas a cabo, a veces me quedo extrañando la vieja idea de comunicar algo.

Por supuesto que lo minimalista, el vacío, e incluso lo que nunca pensamos se consideraría arte, puede decir mucho. Pero eso ya lo comprobó y rubricó Duchamp en su urinario invertido.

En esta exposición, aunque hay obras que llamaron mi atención y en general podría decirse que técnicamente están muy bien realizadas, siento que no hace falta más que unos segundos para captar todo lo que son capaces de decir.

Y no precisamente porque las obras tengan el impacto y efectividad de comunicación de un spot publicitario, esos que sí logran llamar a la acción: a consumir; sino porque en su mayoría no van mucho más allá de lo que decía el panel de la entrada.

Sólo cuando ya me retiraba una obra logró retenerme largo tiempo: una pared cubierta de pequeños dibujos sobre unas servilletas, con escenas cotidianas de un par de chicas; “Hogar dulce hogar”, del colectivo Las tAradas.

Lo primero que llamó mi atención fue –por contraste con el resto– el tipo de trazo como de dibujo a mano alzada sobre el soporte efímero. Luego noté que en realidad estaban impresos, pero, al acercarme, cada escena de esos cuatro meses consecutivos, fechados con un sello como el que se utiliza en un archivo de oficina, fue añadiendo matices y capas a ese concepto de vida cotidiana contemporánea.









En lugar de acudir a los tópicos de denuncia a la sociedad consumista, Marta Fuertes y Maria Soler se volcaron hacia lo íntimo, para revelar con imágenes banales, vergonzosas o ridículas, cómo el individuo vive y sobrevive en el espacio privado, donde los cuerpos se enferman, se curan, se acicalan, lloran, gritan… dan forma humana a la sucesión de los días, más allá de las imposiciones de conducta del exterior.

A la salida del CCCB pregunté si tenían más información de la exposición, tratando de encontrarle más sentido y “contenido” al resto de las obras. Pero la chica me respondió sucinta: “sólo tengo unas postales”.

Aunque en casa encontré bastantes más datos en el sitio web del festival, eso no me quitó la sensación de que, paradójicamente, pretendiendo denunciar lo reductivo del consumismo, el mensaje de muchos bien podría resumirse en una imagen seriada e inocua de postal.

6 comentarios:

las tAradas dijo...

Hola Susana!
He visto ahora mismo el comentario que nos has dejado... Evidentemente he ido directa al artículo que has escrito. Sinceramente me quedado alucinada. No me puedo sentir más feliz por todo el trabajo que hemos hecho Marta y yo. Saber que hay gente a la que ha llegado tanto nuestro proyecto, que lo valora y lo aprecia nos llena de felicidad y nos motiva mucho más a seguir trabajando.
También decirte que me ha encantado el artículo.

Muchas gracias de parte de las dos por haber escrito estas palabras, y no sólo sobre nosotras.

las tAradas.

SUSANA FUNES dijo...

Las tAradas, de nada chicas. Fíjense que, aunque no me dieron -ni vi- ninguna postal de "Hogar dulce hogar" (jeje), de esa exposición yo -y por lo visto muchos otros- lo que más recuerdo son sus particulares escenas cotidianas.
Salud!

Anónimo dijo...

Sí, muchas veces te encuentras imágenes bonitas o impactantes, pero que no van más allá y te las olvidas fácilmente. Te puedes llevar la postal impactante a tu casa, pero seguro con suerte se queda perdida como marcador de un libro que nunca terminaste de leer.
Saludos,
Verónica

El Público dijo...

Los afiches publicitarios que se encontraban en la muestra lograron su objetivo: vender el concepto y quizás una que otra postal. Sin embargo, el último que mencionas, se escapa -confío en tu criterio- como una suerte de Afiche(?), propaganda, publicidad y reflexión gratuita.
Me gustó mucho tu post, que además tiene un dejo de cierto hastío, quizás agrasividad... me agrada, me agrada.

Anónimo dijo...

la otra tarada también se alegra mucho!
Un saludo! Marta.

SUSANA FUNES dijo...

Verónica, yo también he traspapelado postales dentro de libros. Bueno, en realidad si no las busqué es porque merecían ser olvidadas. Y tu imagen de perderla "como marcador de un libro que nunca terminaste de leer" me parece muy buena. Gracias por pasar y comentar.

El Público, te me pusiste intenso con las teorías de comunicación, jeje. Y eso de que te gusten los post con hastío o agresivos... No sé si así habrá sido, simplemente era establecer un punto de vista, pero me alegra que te haya gustado.

Marta, la otra tArada, pues de nada. Mucha suerte con próximos trabajos y manténganme informada de sus andanzas.