domingo, 12 de septiembre de 2010

Bomba Estéreo: Electrocumbia psicodélica
(Rock latino que saca a la luz el veranito europeo III)


“No hacemos rock, ni electrónica”, nos advirtió suave, pero tajante la vocalista de Bomba Estéreo, Li Saumet, justo antes de subir al escenario del Sonar de Barcelona, donde minutos después se impondría definitoria:

“¡Y grita fuego!, mantenlo prendido, ¡fueeeego!, no lo dejas apagar”, cantaba cual arenga, contoneándose sobre un buffer. Y hasta los más ‘modernitos’ de este festival de electrónica –“música y arte de avanzada”, según dice su nombre-, no pudieron evitar que sus caderas intentaran menearse siguiendo su sinuosa psicodelia: un exuberante cruce de dub, reggae, rap y toques de electrónica, con cumbia, champeta y otros ritmos folklóricos colombianos.


Y la cumbia acalambró el Sonar”, tituló El País, declarándolos triunfadores de la jornada diurna. “Los colombianos Bomba Estéreo se ganaron el escenario grande con su cruce de modernidad y soltura caribeña, con cita a un tórrido ritmo de Cartagena de Indias conocido como champeta criolla”, remató la revista RockDeLux.

Tal como ocurrió el año pasado con la representación africana en el Sonar, en este espacio ultramoderno y eurocentrado, no fueron los beats más electrónicos y machacantes los que terminaron de conducir al trance, sino sinuosas cadencias esenciales.

La euforia tuvo su toque primitivo, su pringue de sudor y adrenalina como de desmadre por los bajos fondos. Pero ahí estaba precisamente la incandescencia de su sonido, la fuerza desinhibidora de un beat atávico, un pulso primordial que fluye y se entremezcla con lo urbano, recordando de un lado a la Mala Rodríguez o a M.I.A.; del otro, a la folklorista Totó la Momposina y Calle 13.

Con una una impresionante fuerza escénica, la mezcla, generalmente enmarcada dentro del llamado electrocumbé (electrónica + cumbia o merecumbé), ha sido igual de explosiva en cada lugar donde se ha presentado: del Latin Alternative Music Conference de Nueva York y el South by Southwest (SXSW) de Austin, al Womex de Copenhagen, el Sónar de Barcelona o la Mar de Músicas; de China y Japón hasta Brasil y México.

El video de su presentación en México es un poco oscuro y lejano, pero capta su fuerza escénica

Creada en 2005, se ha convertido en una de las bandas latinoamericanas con mayor proyección internacional -junto con Choc Quib Town, de quien hablamos en un anterior post-, siendo una de las cabezas más visibles del  movimiento de nueva música colombiana, que viene actualizando la inmensa gama de ritmos autóctonos, a partir del jazz, el rock, el hip hop y la electrónica.

Durante este mes de septiembre iniciará la grabación de su tercera placa, a publicarse en 2011, luego de Vol. 1 (Polen Records/ Nacional Records, 2006) y Estalla (Polen Records, Nacional Records, 2008), recientemente editado en España por BOA-Altafonte / Música es Amor Records.

Presente en el Top 10 Latino de ventas por iTunes, fue reconocida como “best new band in the world” por el programa MTV Iggy, para cuyos fans acaba de grabar un concierto exclusivo. A finales de octubre, estará por segunda vez en el Womex, para volver a España con varias presentaciones en el mes de noviembre.

Esperando su regreso a Europa, entrevistamos para la revista RockDeLux a sus líderes, Simón Mejía (bajista y arquitecto de su peculiar sonido) y Li Saumet (vocalista y letrista). Nuestra entrevista y reseña completa saldrá en la próxima edición de RockDeLux, pero a modo de abreboca, aquí incluimos parte del diálogo con Li Saumet.


-En Colombia, durante los últimos años, se ha creado toda una movida de renovación y revisión de ritmos folklóricos a partir del jazz, el rock, la electrónica… ¿Cómo definirías la fusión de Bomba Estéreo?
-Es un momento clave para la música colombiana. Hay toda una nueva generación de músicos que vienen experimentando con ritmos nuestros, mezclándolos con hip hop y otras corrientes. Bomba Estéreo es una de ellas. Y básicamente es el resultado de lo que somos. Mitad de la banda, es decir, Kike Egurrola (batería) y yo somos de la Costa Atlántica, de Santa Marta, del Caribe Colombiano, donde se escucha mucha cumbia. Le damos toda esa parte del beat afro y el canto. En cambio, Simón (bajista) y Julián Salazar (guitarra) son de Bogotá y Pereira, cerca de Medellín, dos ciudades en la montaña. Cada uno, con su personalidad y todo lo que tenemos en la cabeza, la herencia que tuvimos desde chiquitos, más lo que adquirimos de grandes, hacen esta mezcla bien interesante entre cumbia, champeta, reggae, música electrónica, hip hop y rock.

-Musicalmente ¿qué tienen la cumbia o la champeta que las haga idóneas para adaptarse al hip hop y la electrónica?
-Es el beat afro. Toda esa música folklórica colombiana viene de una tradición africana, indígena. Es el núcleo de toda la música bailable del mundo. Al hip hop le puedes meter casi cualquier cosa. La música electrónica es bailable, la cumbia también. Con ambas a la gente le da ganas de moverse como en un trance. Así que se ligan muy bien, porque rítmicamente tienen cosas en común, y llegar a ese punto de fusión fue algo que pasó naturalmente. Fue como agarrar el chinquichichinkin, chinquichichinkin de la cumbia y subirlo a ¡chinquitipátipá! ¡chinquitipátipá!


-¿Qué les motivó a retomar la cumbia y qué le aporta el hip hop y la psicodelia a esa renovación?
-Es que a Simón y a mí, a todos, nos gusta mucho la música folklórica. Para nosotros es algo natural, algo con lo que crecimos y que tenemos bien codificado en la mente. A eso se agregó el hip hop y otros ritmos urbanos cuando fuimos creciendo, y a estas alturas no podríamos hacer otra cosa. La cumbia y la champeta, mezclada con el hip hop y la electrónica, es lo que teníamos y lo que conocemos. Nos sale natural. Lo interesante es que ese folklore que nos gusta, normalmente era tomado como música para los señores, los abuelos, los tíos. Se veía como algo estancado. Ahora, en cambio, mezclándolo con cosas que también nos gustan, adquiere un lenguaje más fácil para los jóvenes, se ha convertido en una nueva música colombiana.

-¿Se ubicarían dentro del llamado electrocumbé?
Sí, bueno, nosotros lo llamamos más ‘electrovación contestatario’ o la ‘elegancia tropical’. Es difícil enmarcarlo dentro de un género, porque son músicas que tienen tantos elementos que cualquier nombre se queda un poco corto. 


-Dentro del rock latinoamericano ha habido como oleadas de proyección. Primero fue el empuje inicial Argentina con Charly García, Fito Paez, Luis Alberto Spinetta; luego repuntó México en los 90, con Café Tacuba, Molotov, Control Machete, etc.  ¿Crees que ahora con Bomba Estéreo, Systema Solar, Sidestepper, Choc Quib Town y tantos otros, Colombia podría estar protagonizando una nueva ola? ¿Hacia dónde crees que va el rock latino? 
-Lo que pasa es que ya no es rock. Creo que por primera vez se está creando realmente música latinoamericana y no rock. Puede que uno tenga influencias, pero lo que hacemos ya no es rock, porque estamos retomando nuestras raíces, mucho más bailables y tropicales. 

-Hablamos de rock latino en sentido amplio, como una etiqueta enmarcar la actual música popular urbana hecha en América Latina, con componentes rock y pop, en todas sus vertientes y ramificaciones, pero reapropiados y enriquecidos por elementos autóctonos o provenientes de la cultura popular latinoamericana. En ese sentido, ¿no crees que México, por ejemplo, sí ha logrado crear un sonido propio, integrando precisamente ritmos folklóricos como ahora lo hace Bomba Estéreo?
-Sí, lo que pasa es que es al revés de lo que ocurría hace 20 años con el rock. Antes nosotros tomábamos lo que nos daban de afuera. Ahora Latinoamérica está sacando cosas. Músicos y dj’s europeos y estadounidenses están metiendo cumbia, champeta, reggaeton y otros ritmos nuestros en sus sesiones. A los folklóricos puristas les puede sonar muy raro. Pero al común de la gente, le suena bien. Los jóvenes están rumbeando con músicos colombianos, escuchan su propia música, sin que sea el folklore de los abuelos o de sus papás. En los noventa, la música joven latinoamericana estuvo marcada por el rock. Ahora, con esta oleada de músicos, con nosotros, con Calle 13, con Choc Quib Town, se siente más latinoamericano y menos anglo.

Manteniendo a raya las etiquetas –que a fin de cuentas el rock nació mestizó, el rock ha muerto y qué viva el rock-, el próximo 30 de octubre Bomba Estéreo actuará nuevamente en el Womex, y volverá a España durante el mes de noviembre: jueves 4 en Madrid (Caracol), viernes 5 en Granada (Planta Baja), sábado 6 en Sevilla (Malandar) y miércoles 10 en Barcelona (Apolo).

La entrevista y reseña completa saldrá publicada en la edición de octubre de la revista RockDeLux.

(Esta nota es la tercera entrega de una serie sobre rock latino que se está conociendo en España y Europa, durante el verano de 2010)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, acabo de descubrir tu blog googleando mi nombre. Muy buenas las bandas que reseñas y sobre todo, distintas.
Te mando un abrazo desde la vecina Castelldefels
Fernando Santullo

SUSANA FUNES dijo...

Hola Fernando, gracias por pasar y comentar.
Qué bueno que te gusten las bandas que reseño. Me interesa la diversidad de aproximaciones, para lograr un sonido particular y distintivo.
Tú también lo logras, por cierto. Conozco bien tu trabajo y te recuerdo como asistente de la Mesa Redonda sobre Rock Latino en Casa América.
Ya nos volveremos a encontrar.
Por lo pronto, salud!