martes, 14 de junio de 2011

Aeiou: Juan Son con Simone Pace en el Sónar de Barcelona...
y el desembarco del Festival en Latinoamérica


Escasa, escasísima es la representación de Latinoamérica en la 18ª edición del Festival de Música Avanzada y Arte Multimedia, Sónar de Barcelona

Si bien el año pasado, los colombianos de Bomba Estéreo conquistaron la jornada diurna, y otro tanto lograron la provocadora puesta de feminismo ‘carnicista’ de Le Butcherettes, o la psicodelia a lo mariachi wave de Los Amparito, en el programa de 2011 únicamente figura el mexicano Juan Son, presentado por la Red Bull Music Academy en el Sonar Dôme, además de la sesión del chileno radicado en Barcelona DJ Raff, incluido como talento nacional en el Sonar Village.



 
Exvocalista de Porter, una de las agrupaciones de rock alternativo de mayor impacto en México en los últimos años, pero internacionalmente más conocido por su trabajo en solitario Mermaid Sashimi (2009), Juan Son presentará en el Sonar -por primera vez públicamente- AEIOU, su nuevo proyecto junto con el baterista de la banda neoyorkina Blonde Redhead, Simone Pace

Space Hymns (2011) se llama el álbum de estreno de esta iniciativa alterna, binacional y multilingüe; y puede que sean algo como “himnos espaciales” los que articulan sus líricas fantasiosas, sus atmósferas de electropop sosegado y experimental, y esa voz entre andrógina, infantil y extraterrestre. 
 


 


Según nos comentara en una entrevista para la revista RockDeLux, publicada este mes de junio (RDL #296), fue un “peculiar sentido del humor” lo que unió a este músico nacido en Guadalajara, y Simone Pace, italiano de nacimiento, pero que junto con su hermano Amedeo y la japonesa Kazu Makino, han llevado adelante lo que hoy es grupo de culto en la escena alternativa neoyorkina. 

Radicado en la ciudad estadounidense luego de editar Mermaid Sashimi, el disco de corte más experimental y electrónico con el que fue nominado al Grammy Latino, Juan Son buscó a Pace simplemente como productor. “Pero Simone empezó a sumarle cosas y hubo tanta química, que ya no era una producción, sino un proyecto de los dos”, nos confesó.
 

El resultado fueron diez temas -cantados mayormente en inglés- de un art pop evocador, que busca ser onírico, humorístico y un tanto freak.

Con su aguda voz tendiente a los gorjeos y una interpretación muy dada a lo teatral, con maquillaje y disfraces, Juan Son se ha ganado un nutrido y celoso grupo de fans en Latinoamérica, aunque también algunas críticas en México, ante su salida de Porter y su controvertida imagen entre tímida y exhibicionista, como de ‘emo’ histriónico.
 

“A mí también me gusta el pop y me gusta conectarme con mi lado femenino”, advierte de sus últimas exploraciones más alejadas del rock. En Marmaid Sashimi comenzó a explotar ese filón en una colección de temas grabados prácticamente sin batería, sino con ritmos de ruidos sampleados, e interpretados en vivo casi siempre de maneras imprevistas.
 



“Me gusta definir mi voz con humor”, subraya ahora, sobre el otro hilo del que tira en Space Hymns. “Me gusta que inspire paz, como Enya, pero también tensión como la de Björk o Billy Corgan. Me gusta que suene diversa, que la gente se pregunte si es una mujer, un hombre, un transexual, un niño… o hasta un buho, como en Space Hymns. Ahora estoy escribiendo historias medio filosofales, pero creo que el humor es darte cuenta de lo absurdo que es el universo”, sostiene. Esperemos no quede demasiado castigado por el absurdo del horario vespertino: jueves, a las 15h.
 

El Sónar, hace las Américas
 


Contrariamente a lo que pudiera sugerir el menguado número de artistas latinoamericanos en cartel, los organizadores del Sónar no han perdido el interés en Latinoamérica. El detalle es que ahora parecieran verla más como atractivo mercado, que como cantera de talentos.
 

Al menos eso se puede entrever del anuncio del Sónar São Paulo, “el más ambicioso de todos los proyectos en la estrategia de internacionalización de la marca”, según dijeran en la rueda de prensa, el cual se celebrará en el primer semestre de 2012, siguiendo el esquema del Festival de Barcelona, durante tres días y con cuatro escenarios, más el área expositiva de SonarMática y SonarCinema. 

Planteado como un proyecto de suma importancia para la música y cultura catalanas, en momentos de crisis; como una “plataforma obvia” de “expansión” y “proyección de las industrias creativas de Catalunya”, el Sonar Sao Paulo se proyecta con una duración mínima, en principio, de cuatro años.
El desembarco se realizará en alianza con Dream Factory, la productora de Rock in Río, que gestionará la producción, logística y arraigo en el territorio, mientras que los organizadores del festival barcelonés se reservan la dirección artística y cultural del encuentro.
 

“Tendremos en cuenta la escena local, que es gigantesca”, concedió Enric Palau,  encargado de la programación. Será una suerte de refugio para “los parias que hacen música experimental en Brasil”, se atrevió a decir, en tono aparentemente jocoso, refiriéndose al carácter “cerrado” de la industria musical brasileña, que, aunque reconoce no es nada conservadora –como lo subraya el mismo tropicalismo-, la percibe muy centrada en la bossa nova y otros ritmos locales.
 

“Esto me lo comentaban los mismos artistas brasileños, que en el ámbito experimental y de música avanzada, les costaba bastante encontrar su espacio en su propio país”,  nos reiteró, aunque no pudo mencionar ninguna de las agrupaciones con las que habló, que podrían entrar en el cartel. “Es muy temprano todavía”, se justificó.
 

Al menos antes había mencionado la importancia del “baile funk, que nació en las favelas”, así como algunos otros movimientos latinoamericanos, incluidos en ediciones anteriores del festival, como Nortec Collective. “Hemos sido el amplificador de fenómenos muy importantes, como fue Calle 13 en su momento, pero no cabe todo lo que nos gustaría y de América Latina seguro se nos pasa una cantidad de cosas”.
 

En este sentido, el capítulo en Sao Paulo les servirá también para detectar nuevos sonidos que estén surgiendo y “enriquecer” la programación europea. “Ahí estaremos indagando y rascando para traernos cosas nuevas”, aseveró. Esperemos, pues, que se topen, por ejemplo, con la Berbenéutika de Systema Solar, con el folklore electrónico de Tremor, con Lisandro Aristimuño y los neocantautores apuntalados por laptops, con el legado mangue beat, el huarache-gaze, Meridian Brothers y las múltiples contorsiones de la cumbia… 

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