viernes, 12 de junio de 2009

Sónar 2009: Sondea lo emergente y recupera ancla electrónica

Los organizadores siempre han subrayado que el Festival Internacional de Música Avanzada y Arte Multimedia de Barcelona, Sónar, no es un espectáculo de cabezas de cartel. Y aunque en su programa resaltan un par de nombres, la máxima quizá nunca había sido tan cierta como en esta 16º edición, que se celebrará los días 18, 19 y 20 de junio.

De un total de 220 músicos y Dj’s procedentes de 27 países, sólo la pantera negra de Grace Jones brilla como gran diva. Icono fashion, estandarte de la música disco de la década de los ochenta y renovadora del sonido disco-funk, vendrá a presentar su último álbum Hurrican, sazonado seguramente con algunos recuentos.

De una década después, el otro nombre fulgurante es el de Orbital, el grupo más importante de la electrónica de baile ‘noventera’ que, según promete, con un espectáculo lúdico y audiovisual dará un repaso a los grandes éxitos de su carrera. En su tercera actuación en el Sónar, recoloca el ancla en el terreno originario del festival: la electrónica.

En la misma tónica, pero de más reciente data se suman Carl Craig, Jeff Mills, Richie Hawtin y una de las bandas más elogiadas por la crítica y el público, colocándola generalmente bajo etiquetas tipo psych folk o noise rock: Animal Collective.

La agrupación estadounidense que también apela a influencias rock, indie, psicodelia y electrónica vendrá con su Merriweather Post Pavilion, uno de los discos más importantes de este año, en el que mantiene el gusto por la experimentación, el apego al folk primitivo y a las elaboraciones melódicas curiosas.



A partir de ahí el cartel da paso a las “estrellas nacientes”, a jóvenes de rápido ascenso, cuando no figuras totalmente por descubrir.

Por sólo dar algunos nombres: Ebony Bones, para muchos la heredera de M.I.A; el dúo canadiense Crystal Castles; la mezcla acústico-electrónica de Fever Ray; el pop chatarrero del español y ex Tarántula de Joe Crepúculo; más un montón de figuras pujantes del Reino Unido como de Late of the Pier; Micachu and The Shapes; La Roux; y Dan le sac vs. Scroobius Pip.



A todos ellos hay que agregar el componente realmente emergente proveniente de “otras latitudes”; es decir, artistas no europeos ni estadounidenses. Si en otras ediciones se había vuelto la mirada a Asia, en esta entrega África ha ganado representación, tal y como comentaremos en el próximo post.

La mayoría de estos nuevos artistas viene de escenas pequeñas, abriéndose espacios a través de las nuevas redes de comunicación y difusión propuestas por Internet, sin respetar demasiado las convenciones. Incluso está el caso curioso de una exconcursante de Pop Idol, Little Boots, quien fue eliminada después de sólo tres rondas, pero que años después se ha ido haciendo su propio camino por mecanismos alternativos.

Interés, innovación y creatividad fueron los criterios de selección, según aclara Enric Palau, uno de los co-directores del festival. Si el año pasado el discurso tenía tono políticamente correcto, apelando al ‘factor femenino’ y a la interculturalidad -como analizamos en una reseña del Sónar 2008-, en ésta se pretende recuperar el acento electrónico y dar cabida a nuevos talentos. Nada tuvo que ver la crisis, resaltan los organizadores.

Sin embargo, lo cierto es que el presupuesto del festival bajó de más de 4 millones de euros disponibles en 2008, a poco más de 3 millones y medio recolectados para esta entrega, como consecuencia de una disminución de 25 por ciento en el aporte de patrocinios privados.

"En estos momentos las cifras de venta de entradas son las mismas que el año pasado", dicen sus directores, confiados en que la taquilla compensará cualquier contratiempo, ya que "la calidad no se ha resentido".

No obstante, más allá de lo interesante y positivo de ver nuevos artífices, público y prensa han encontrado en esta reducción parte de la justificación del cartel, y de la eliminación de uno de los escenarios de Sonar Noche, así como del espacio Sonar Cinema.

Como contrapartida, los recursos se han redirigido a proyectos que aprovechan el elemento visual, más allá de la sala de proyecciones, tanto en conciertos –Orbital, Moderat, Ryoichi Kurokawa, por ejemplo- como en exposiciones.



Adicionalmente, y quizá respondiendo a ese público que ha ido creciendo –madurando y reproduciéndose- y que ya empezaba a traer a sus hijos al Sonar Día, se creó Sonar Kids, un spin off con pretensiones de independencia, que este domingo 21 de junio se estrenará con conciertos, talleres y actividades plásticas y audiovisuales, para niños y sus padres.

Sónar en LaDosis


Cada año este festival se vende como el encuentro del arte sonoro y visual que captura las últimas tendencias, como dijimos en una nota sobre el Sónar 2008.

No lo es siempre, ni en todo su cartel, pero el discurso ha calado y no sólo en los amantes de la música electrónica, sino también en autoridades y en las más importantes instituciones culturales de Barcelona, que ceden sus espacios por tres días y que, aún con la tan mentada crisis, no han disminuido su aporte en metálico:

El Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA) y el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), concentrarán las áreas expositivas y los conciertos del llamado Sónar Día; mientras en el recinto de Gran Vía de la Fira de Barcelona, se realizarán las sesiones de Sónar Noche, hasta el amanecer.

A esto se añaden los escenarios para eventos especiales: L’Auditori, donde se realizará un concierto de la banda instrumental BCN216, junto con el músico noruego Lars Horntveth; y el Planetari de CosmoCaixa, donde durante los tres días del festival se dará el espectáculo “Ten Thousand Peacock Feathers in Foaming Acid”, que combina proyecciones a través de lásers y membranas jabonosas con paisajes sonoros.

Serán 71 conciertos y 49 sesiones de Dj, más 25 obras expuestas en Sonarmática. Por allí estaremos y contaremos en un reporte especial para la revista LaDosis.

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