You say potato, I say potahto

Caminando frente al puerto, entré a una tienda que seguro habrá devastado el huracán Katrina. Fui hacia el vendedor, intenté explicarle lo que buscaba y ante su cara de no-sé-de-qué-me-hablas, me atreví. Le dije “la canción dice algo así” y canté: you say potato, i say potatho, you say tomato, i say tomatho…
Creo que los vendedores supieron desde la primera línea –equivocada, por cierto- de qué canción se trataba. Pero me dejaron allí cantándoles por un rato, para luego mirarse entre ellos, reírse y, al final, pararse para buscarme un maravilloso disco, The Complete Ella Fitzgerald & Louis Armstrong on Verve, con aquel tema: Let’s call the whole thing off.
Tantas vueltas para volver a mí

Ya recuperado, lo busqué por medio mundo. Pregunté en cada país que visité, pero nunca lo conseguí. El cuento es que un día entro a husmear en Comercial Carillo –el local que desde la década de los 60 vende discos de acetato en el centro de Caracas- y me encuentro mi disco. Sí, no otro disco de The Visitor, sino mi disco, el que vendí en el 93, con sus marcas y todas sus cosas. Tantas vueltas para regresar a mis manos. Ah, un detalle, ese disco nunca fue editado en CD.
Joya en remate

Una carrera por Dylan

Nos quedamos fascinados así que, a la vuelta de las vacaciones, nos fuimos corriendo a “Madrid Rock” en la Calle Mayor (era una tienda de discos de dos plantas, bastante generosa). No lo encontramos de primeras. Fuimos a preguntar. El encargado nos dijo que creía que quedaba una sola unidad en un mogollón de discos de oferta, que había al fondo de la tienda. Mi amigo y yo nos miramos una milésima de segundo y explotamos a correr como locos hasta la pila de vinilos. Cada uno empezó por una esquina.
Recuerdo la excitación como si fuera hoy. Al final mi amigo ganó la partida. Nos reímos mucho cuando lo encontró. Ahí estaba Dylan con su caraza recortada en la portada del vinilo y mi amigo todo satisfecho. Al menos me lo grabó en una cinta cassette basf. Así lo tuve por muchos años, hasta que hace relativamente poco me hice con una reedición en vinilo para frikis como nosotros.
3 comentarios:
interesante recuento de descubrimientos...
no hay nada como dar con un disco -o libro- que nos sorprenda porque ni siquiera sabíamos que existía...
salud!
j.
Wow, el disco que vendiste y volvio a tus manos, debrias pasarlo a digital y sacar varias copias para no arriesgarse a perderlo, y para que lo compartas a los panas, tengo curiosidad de escucharlo..., un abrazo!!!
Gracias, Reinaldo
En realidad esa es una de las anécdotas vividas por otro melómano. Pero le diré a ver si la pone en digital y la comparte ;-)
Publicar un comentario