jueves, 8 de febrero de 2007

Cacerías disqueras por el mundo (y II)

Continuando con el homenaje al moribundo CD y a la “Ceremonia de caza y cata del disco nuevo”, aquí comparto otras historias de búsquedas intensas de discos por el mundo, cosechadas por mí y otros melómanos. ¿Se parecen a alguna que hayas vivido?

J'ai le trouvé
De paseo por París andaba buscando un disco que vi en una revista londinense y no encontré en ninguna otra parte: “Seeking Pleasure”, de un grupo de trip-hop, The Aloof.

Era el último día de búsqueda intensa, sin resultados. Andaba con mi hermana y caminamos hacia la Fnac de Campos Eliseos. Ante la pobre selección de discos, hicimos una revisión somera y nos desanimamos.

Tan malo sería nuestro rostro que un vendedor se acercó, nos preguntó, le explicamos y nos dijo amablemente que, realmente, eso no lo tenían disponible. Así que salimos a despedirnos de la ciudad. Una cuadra después unos gritos. No habíamos visto nada parecido, pero no nos dimos por aludidos. El semáforo en rojo, los gritos crecieron, nos volteamos. Era con nosotros: “j'ai le trouvé” (lo encontré), decía el joven vendedor de Fnac. “Aloof, aloof, j'ai le trouvé”. Eso sí es calidad de servicio.

El laberinto lleva Miles Davis
En un viaje hacia Egipto, una transferencia de vuelos me llevó a Ámsterdam y decidí conocer rápidamente la ciudad. No podían faltar las discotiendas.

Mi búsqueda real era de grabaciones de la banda venezolana Laberinto. La idea era escuchar de los mismos holandeses que Laberinto era la gran banda de metal latino proveniente de Venezuela.

Pues en ninguna de las tiendas los conseguí. Pero buscando y buscando encontré un CD que nunca pensé tendría en mi colección. Uno imposible de localizar porque siempre estaba agotado: “Kind of Blue” de Miles Davis (1959). Uno de mis 5 discos favoritos.

Revolviendo depósitos
Cuando me volví fanático de Elvis Costello, descubrí la existencia de una caja con 5 discos que recogen una gira bien íntima de Elvis con su pianista de siempre: Costello & Nieve Box set.

Originalmente se repartió gratis en algunas radios locales en USA. Luego Warner sacó una edición bastante limitada. Las noticias en la web eran desalentadoras: sólo subastas a precios muy elevados. Aún así, apenas tuve la oportunidad de ir a Nueva York, comencé una búsqueda intensísima.

Mi hermana y yo entramos a cuanta tienda vendiera discos. Me gané su fastidio y tanto ella como todos los dependientes decían que sería imposible encontrarla. Hasta llegué a una Sam Goody's en el alto Manhattan.

Llegué con mi petición y, extrañamente, el dependiente no me desahució. Me dijo que tenía tiempo sin verla, pero que creía había una en el depósito. Y como justo estaban acomodando unas cosas, si yo quería él me dejaba pasar, para que buscara mientras duraba el trabajo que hacían.

Revolvimos… basura acumulada, discos que no comprarían ni los propios cantantes… hasta que, desde un rincón, el rosado y amarillo nos llamó. Era, tenía que ser el box set. Nos acercamos y efectivamente era. Mi hermana me felicitó. El dependiente también y señaló el precio. Conservaba su etiqueta del lanzamiento original, así que me costó unos 28$.

3 comentarios:

martis dijo...

Interesante post escrito a 4 manos. A veces los discos más inesperados nos sorprenden esperando por nosotros en el momento menos imaginado.
saludos

SUSANA FUNES dijo...

En realidad, más que cuatro manos, aquí intervinieron unos cinco pares de orejas. Como dije, cosechas propias y de compañeros melómanos. Bien vale aprovechar la técnica de relato de vida.

Anónimo dijo...

a ver quien me encuentra este disco, de Mark Ashley - Heartbreak Boulevard, uno de los mejores que ha salido ultimamente en música eurodisco... pero inexplicablemente mal promocionado... estuve en Hamburg intentando buscarlo... pues nada habia que hacer un "pedido especial" y yo no tenia tiempo :(