sábado, 28 de abril de 2007

Catando nuevos narradores: Fedosy Santaella


Fedosy Santaella (1970)
En librerías: Postales Sub Sole (Ediciones de la A a la Z), De la urbe para el orbe (Antología de Alfa).
En Internet: Caja Virtual
Reconocimientos: Mención Única en Narrativa de la Bienal Latinoamericana José Rafael Pocaterra 2006, por Postales Sub Sole.

-¿Consideras que actualmente existe en realidad una propuesta diferenciada de nuevas voces narrativas?
-Existe un grupo de personas que están asumiendo la escritura como algo serio, y están haciendo las diligencias necesarias para que su trabajo se de a conocer. Es esta otra parte del oficio del escritor, que si no se realiza también, no completa el círculo. Me refiero a la publicación y a la participación más o menos constante en eventos que se relacionen con la escritura. Por eso los notamos, por eso sabemos quiénes son. Porque están allí, presentes. La actividades del Pen Club, las antologías, ReLectura, algunos premios literarios, el interés de las editoriales, todo eso forma parte de una dinámica necesaria Ahora, nunca hay que olvidar que lo más importante es escribir. Si no se escribe, no se tiene nada.

-Si es así, ¿qué distingue a estas nuevas voces?
-Quizás se vean algunas similitudes que, de primer momento, hacen pensar en cierta unidad de estilo, pero no estoy seguro aún sobre sus características fundamentales. Pareciera que nos estamos separando de lo “ininteligible”, pareciera que estamos buscando contar historias, pareciera, en cierta medida, que estamos siendo demasiado realistas o, en otros casos, demasiado intimistas. No obstante, creo que hay voces que intentan buscar algo más, y están dándole la vuelta al absurdo, al humor (la sátira, el sarcasmo, la ironía), a lo fantástico, buscando otros caminos que nos despeguen un poco de la ciudad capital. En estos momentos, es difícil definir lo que ocurre. También creo que están pasando cosas fuera del centro y que son excelentes, pero que quizás estén sólo en los blogs, o la memoria de alguna computadora de esta misma ciudad o del interior del país. Creo que hay que mirar más allá de Caracas, debemos ver qué ocurre con los premios del interior, darle la importancia que se merecen, y ver quiénes están trabajando también fuera de la gran ciudad e, incluso, los venezolanos que están haciendo cosas fuera del país.

-En tu caso particular, ¿cuáles son tus búsquedas, tus estéticas? ¿Cómo podrías definir o caracterizar tu obra?
-Yo busco contar, divertir y divertirme contando. Creo en lo breve, en lo directo, en lo poético dentro de lo directo, en el juego con los géneros, en las voces múltiples, en el humor en todas sus variantes, en sacarte la corbata, en el trabajo constante, en el cine, en el cómic, en la televisión y en las novelas baratas que consigues bajo los puentes.

-¿Cuáles crees son las principales barreras para desarrollarse como escritor?
-El escritor tiene que trabajar, las barreras son las que uno mismo se impone. Ponerse a pensar tonterías no ayuda; tonterías como, por ejemplo, asumir el miedo a la página en blanco sólo porque Cortázar o Borges escribieron antes de nosotros. Aconsejo la desmemoria, en estos casos.

-¿Crees que las editoriales están abiertas a las nuevas voces?
-Sí, algunas editoriales están a la búsqueda. Sólo que cuando una editorial te encuentra, tú tienes que tener algo que ofrecer. En caso contrario, de nada sirve que una editorial te haya echado el anzuelo.

-¿Y la crítica?
-Dentro de esta olla de cangrejos donde pululan los comentaristas de la envidia, el crítico debe ir de la mano del escritor y apoyarlo en su trabajo. No se me mal entienda, pero creo que es más fácil destruir que crear (la crítica es un acto de creación), y para crear, hay que ponerse serio y dejar las mezquindades.

-Las editoriales últimamente han publicado muchas obras venezolanas, pero dedicadas a ensayos y grandes reportajes ¿Crees que hay posibilidades para el autor de ficción?
-Un autor de ficción tiene, sin duda, más posibilidades que un poeta. Creo que quizás esta narrativa que ahora busca contar y piensa más en el lector que en el onanismo literario, atrae a las editoriales y tiene más posibilidades de comercializarse.

-¿Cuáles serían tus expectativas y necesidades para desarrollarte como escritor?
-Aquí lo que hace falta es que la gente empiece a creer más en lo que tiene en casa, y que deje de lanzar tomates y otras porquerías verbales en lugares como los blogs de “crítica literaria”, en foros literarios de la red, o en las librerías encumbradas en las que da miedo entrar de los solemnes que son. Esas son mis expectativas y mis necesidades, digamos más bien, mis vanas esperanzas.

-Recopilaciones de nuevas voces o encuentros como la Semana de la Narrativa a veces unen autores de distintas generaciones, a veces no tan nuevos y muy distintos. ¿Qué consideras positivo y negativo de estas iniciativas? ¿Qué sugerencias harías para mejorarlas?
-Las cosas hay que hacerlas, y me parece bien lo que se está haciendo. Ahora, este país siempre ha tenido autores “jóvenes” de cincuenta años o más. Creo que hay que distinguir. Quizás haya autores no tan “jóvenes” de edad, pero que empezaron a publicar y darse a conocer recientemente. Luego, existen otros con obra publicada, reconocidos y que están escribiendo desde hace tiempo, y que están en esos eventos. De estos autores prefiero no hablar, lo que sí puedo decir es que las “arrugas literarias” siempre se notan de cerca.

-Hablando en términos de acto creativo, ¿cuál crees ha sido tu mayor acierto y tu mayor error?
-Aún me falta mucho para poder responder esta pregunta con seguridad. Uno va dando tumbos y lo que cree que es un error se convierte en un acierto, y lo que cree que es un acierto termina siendo un error. Así trabaja el tiempo sobre nuestras tristes almas. A lo mejor las respuestas a esta excelente entrevista son un error mayor, pero quién sabe.

-¿De qué viven las nuevas voces?
-Espero que de escribir e imaginar. Yo he trabajado durante mucho tiempo en los medios audiovisuales.

-¿En qué estás trabajando actualmente?
-Trabajo en dos libros de cuentos, uno de humor y el otro también.

-¿Cuál crees será el futuro de las nuevas voces?
-Lo que queda es el trabajo, y eso jamás podrán condenarlo el olvido y la mezquindad.

[Entrevista realizada como parte de mi investigación para el reportaje Venezuela descubre nuevas voces narrativas, publicado en el diario El Mundo el 23 de abril.]

2 comentarios:

Jesús Nieves Montero dijo...

"Así trabaja el tiempo sobre nuestras tristes almas." he allí a fedosy creyendo y practicando lo directo y lo poético dentro de lo directo...

deliciosa entrevista

salud!

j.

marianne dijo...

Qué interesante, valiosa y pertinente tu iniciativa, Susana. Felicitaciones.