Pero también puede ser bastante aburrido y, en la mayoría de los casos, no demasiado satisfactorio.
La numerosa inmigración italiana permitió, no sólo que se establecieran gran cantidad de restaurantes en la ciudad, sino también que el caraqueño desarrollara un paladar presto a degustar desde una simple pastica hecha en casa, hasta los platos más sofisticados de origen italiano.
Actualmente las opciones son numerosas si se toman en cuenta tanto los restaurantes tradicionales, como los que bajo rótulos más generalistas tipo “comida mediterránea” o “fusión”, echan mano de platos, técnicas o sazón italiana.
El detalle es que la gran mayoría sabe igual. Con dejo de “comida internacional”, la oferta se ha estandarizado y para mal. Son casi siempre los mismos platos y la misma presentación.
Con mayor o menor gusto, mejor o peor calidad, más altos o más bajos precios, siempre están las diferentes pastas con las clásicas salsas carbonara, napolitana, pesto… los tortelinnis, los canelones, los tortelones de ricota y espinaca y alguno que otro risotto.
Así que llegar al restaurante Come a Casa (1era. Avenida con 1era Transversal de Los Palos Grandes) fue toda una sorpresa y un placer. Come a Casa, Caffé-Trattoria Siciliana, no es en ningún sentido un restaurante italiano más.
El particular sabor de Sicilia
Como habitantes de una isla, los sicilianos tuvieron acceso limitado a ciertos ingredientes y costumbres del continente.
Crearon su propia gastronomía, caracterizada por sabores un tanto más fuertes, con influencias de los diferentes pueblos que pisaron su territorio: griegos, árabes, franceses, españoles.
Su gastronomía tiene ciertos elementos recurrentes: gran uso de vegetales, quesos (mozzarella, ricotta, pecorino), embutidos, pastas, pescados y mariscos. Tienen pocos platos con carne de res, mientras que el conejo, el cordero y el cerdo los reservan para ocasiones especiales.
Come a Casa ha querido recopilar y modernizar esas viejas recetas familiares, para ofrecerlas en un menú con esencia tradicional pero con vuelo contemporáneo.
Así, inspirado en la sazón y creaciones gastronómicas que cada domingo la siciliana María Caradonna de Zambito presentaba a su familia, el restaurante abrió en octubre de 2006, bajo la gerencia de sus hijos Guiseppe y Gian Franco y su nuera Lucimar Palacios.
Con la idea de servir comida sencilla, pero de sabor casero y con toda la calidez de aquellos encuentros dominicales, los platos iniciales fueron totalmente extraídos de las recetas de la señora Mary.
-Supongo que con el restaurante, no pondrán a cocinar a tu mamá -le pregunto a Guiseppe.
-Si supieras que le encanta. No cocina para acá, pero se la pasa inventando nuevas recetas que vamos incorporando en el menú -precisa él-. Sus platos siempre terminan siendo los más populares.
El menú
La cocina está oficialmente bajo el mando del chef Darwing Camarillo, quien aporta el toque más contemporáneo y gourmet a las recetas caseras, y completa el menú con nuevos platos, siempre con la esencia y sabores sicilianos.
Cada tanto organizan festivales especiales como el de risottos o el más reciente de pastas rellenas.
Aquí presento algunos de mis platillos favoritos y otros interesantes que estoy por probar:
- Alcachofas estofadas (Rellenas al estilo casero con pan rallado, queso pecorino, perejil y albahaca)
- Arancinis variados (Bolitas de risotto y azafrán con tres rellenos: carne, camarones y queso)
- Brodu Mediterráneo (Gnocchi de albahaca en consomé de tomates secos con trocitos de queso provolone)
- Ensalada Mare di Sicilia (Mezclum de lechugas con lonjas de pez espada ahumado y tomate relleno de camarones, en vinagreta de celery)
- Tortellone di Carciofi (Rellenos de alcachofa y ricotta, salteados con hongos, berenjenas y tomates, sobre cama de queso gorgonzola)
- Gnocchi di Zuca al olio (Pasta de auyama salteada al olio con brócoli, tomates cherry y nueces, aderezada con salvia, peperoncino y queso parmesano)
Para capturar el espíritu originario, le pusieron “como en casa”. Pero sin dejar espacio a las improvisaciones, los hermanos Zambito viajaron a Italia para estudiar el negocio de las trattorias y hasta participaron en el taller de Emprendedores del IESA para afinar las estrategias de aplicación en Venezuela.
Algunos amigos me comentaron que el local tuvo inicialmente ciertos problemas con el servicio. Ahora todo parece bien resuelto, con mesoneros diligentes y casi siempre con Guiseppe o Gian Franco pasando atentos por los mesas, amabilísimos y generosos en recomendaciones.
Nunca he podido llegar al postre, lo cual –tomando en cuenta lo dulcera que soy- es una muy buena referencia. Pero para los que tengan mayor capacidad he aquí tres tentaciones: cannoli, tiramisú y raviolis de cacao en salsa de nutella. A mí, para poder probarlos, me tocará acercarme a la hora del café.
3 comentarios:
yo comí allí hace poco y me gustó muchísimo.
buena recomendación...
¡cuánta desviación capitalista gastronómica! jajajajajajajaj
salud!
j.
comí hace poco ahí.. excelente...
un poco caros los vinos...
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